1 comentarios


Roque Dalton: Poeta de El Salvador
Escrito por David Hernández

Roque Dalton es el poeta salvadoreño por antonomasia que mejor encarna lo glocal, el engarce entre aldea y universo. Su obra es accesible tanto a las élites urbanas como a los campesinos, y "Miguel Mármol" es disfrutado lo mismo en ruso que en hebreo; sus libros son leídos con igual intensidad, interés y fluidez en español, alemán, francés, inglés e italiano.

El Poeta

Dalton sobresale de entre los miembros de la "Generación Comprometida", cuyo núcleo más militante fue el "Círculo Cultural Universitario" fundado por él mismo y Otto René Castillo, por ser el más culto, brillante y el que más ha conocido mundo. Cuando Roberto Armijo, su compañero de generación, viene bajando de las veredas de Chalatenango o cuando Manlio Argueta llega de San Miguel a la capital, Dalton ha estado ya en Santiago de Chile y ha sido representante estudiantil en Viena, Praga y Moscú.

Sus referentes inmediatos para entonces son Pedro Geoffroy Rivas y Miguel Angel Asturias. Su poesía muestra ya dos constantes, amor y política, y sus raíces provienen de Pablo Neruda, que cantó la geografía continental y de César Vallejo, radiólogo del alma latinoamericana. Un elegante paso por el surrealismo con influencias de Michaux, Saint John Perse, Breton o Laurence Durrell será abono que le permitirá en el futuro resolver con genialidad e ironía lo más logrado de su poesía política.

La figura de Roque ha sido abordada por muchos escritores contempóraneos como Julio Cortázar, Régis Debray, Hans Magnus Enzensberger, José Agustín Goytisolo, Ernesto Cardenal, Angel Rama y Efraín Huerta.

Su precocidad influye en la conformación de un bagage cultural que le hace trascender las fronteras geográficas. En 1957, cuando ingresa al ahora extinto Partido Comunista Salvadoreño (PCS), del cual después se separa, viene de participar en política universitaria y de foguearse en congresos europeos mientras sus coétaneos ni siquiera han bajado de los volcanes a la capital. La vida de Dalton fue un intenso viaje cuyo itinerario es posible descubrir en su poesía y su actuación política. Escalas de este peregrinar fueron Santiago de Chile, México D.F., Viena, Moscú, Praga, Berlín, La Habana, Nordcorea, París, y San Salvador

Con Fidel y los Disidentes

La amistad de Roque con Fidel Castro comienza una noche de 1962 mientras labora en Radio Habana, cuando el equipo completo de la radio decide irse de fiesta. Roque se queda atendiendo la programación que le dejan ya producida. Esa noche llega en una visita sorpresiva Fidel Castro a la Radio y trás el enojo que le causa la irresponsabilidad del personal, entra en contacto con aquél muchacho enclenque, de mirada vivaz y desgarbado, con la nariz ganchuda y una expresión melancólica en su rostro que no se cansa de bromear.

Así se inicia una amistad testimoniada en el artículo de Julio Cortázar, "Una muerte monstruosa", donde describe un anochecer cuando en La Habana se encuentran reunidos los miembros de un Jurado del Premio Casa de las Américas y reciben la visita de Castro, reunión que termina en una larga discusión entre Castro y Roque Dalton sobre las ventajas y desventajas de un invisible fusil que se pasan y contrapasan hasta que el amanecer termina venciéndolos a todos y mandándolos a la cama.

Esta amistad hace que Fidel Castro le encargue la redacción de "¿Revolución en la revolución? y la crítica de derecha", que sirve para defender las tesis foquistas de Régis Debray, que aún guarda prisión en Camiri, Bolivia, y que Dalton le dedique a Castro su obra "Un libro rojo para Lenín".

Pero Roque también fue hermano de una serie de poetas jóvenes cubanos que terminarán siendo víctimas del castrismo. Algunos de ellos son Jesús Díaz, que se exilió en Berlín en 1991, después de ser condenado a muerte nada menos que por el entonces Ministro de Cultura de Cuba, Armando Hart; Díaz fundó y dirigió luego la revista cultural "Encuentro" en España, donde murió hace dos años de un ataque cardíaco; dejo testimonio de la amistad de los jóvenes poetas cubanos con Roque Dalton en su novela "Las palabras perdidas". Otro amigo entrañable de Roque fue Heberto Padilla, desencadenador del "Affaire Padilla" con "Fuera del juego", encarcelado por el régimen castrista y luego enviado al exilio, donde publicó una novela con el título de un verso de Dalton, "En mi jardín pastan los héroes" y que murió en los Estados Unidos; y no por último el poeta Raúl Rivero, actualmente en prisión en Cuba, condenado el año pasado a veinte años de cárcel por escribir artículos en revistas extranjeras, usar correo electrónico en Internet y cobrar sus honorarios en dólares y euros.

No existe un "Roque fidelista" en el sentido ortodoxo de la palabra, existe un Roque cautivado por la figura de Castro en los primeros años de la Revolución, y también existe un "Hermano Dalton" que comparte con los jóvenes poetas cubanos la frustración que la burocracia de un socialismo cada vez más cuartelario y asfixiante les produce.

Los Erpianos

Tanto Eduardo Sancho en "Crónicas entre los espejos" como Carlos Rico Mira y su "En silencio tenía que ser", ambos libros de 2003, aclaran las circunstancias de la muerte de Roque Dalton, así como el nombre del asesino material (Vladimir Rogel Umaña, alias El Vaquerito) y el del asesino intelectual, Alejandro Rivas Mira, alias Sebastián Urquilla. Sancho y Rico Mira coinciden en que la decisión de ejecutar a Dalton fue tomada por los cuatro miembros de la Comisión Militar del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), tres votaron a favor, Alejandro Rivas Mira, Joaquín Villalobos y Vladimir Rogel Umaña, sólo Eduardo Sancho votó en contra.

Sin embargo, diez años atrás, el 19 de mayo de 1993 fue publicada en "Excelsior" de México, una entrevista de Juan José Dalton a Joaquín Villalobos que tuvo difusión internacional y que aún es motivo de curiosidad, entre otros, de los estudiosos centroamericanistas, sobre todo en Europa y los Estados Unidos. Ahí, Joaquín Villalobos da una versión del juicio, diferente a la ofrecida por Sancho y Rico Mira en 2003, sobre todo porque afirma que fueron más de cuatro los que tomaron la decisión de ejecutar a Dalton. Además expresa que como ERP "tenemos un conjunto de reflexiones; lo que hemos estado esperando es un momento propicio para profundizar el tema y digo no para reivindicar a Roque, sino reivindicarnos nosotros frente a una falta". Preguntado sobre la ejecución a Roque, Villalobos declara: "Fue una decisión de la dirección de esa época de 1975 que son, tendría que hacer una precisión, pero por ahorita me recuerdo de Alejandro Rivas Mira, Jorge Meléndez (alias Jonás), Vladimir Rogel Umaña, Alberto Sandoval (Lito) y otro compañero de seudónimo Mateo y yo. Probablemente se me han quedado un par de nombres más."

Estas declaraciones más parecen una justificación que un arrepentimiento. Los asesinos (según Villalobos él mismo más los cinco que él menciona y "un par de nombres más") que aún están vivos deben explicaciones a la Sociedad Civil que ha rescatado al Roque Dalton escritor, sobre todo ahora que El Salvador vive un proceso democrático irreversible.

Roberto Armijo, en uno de los más brillantes ensayos que se hayan escrito sobre la vida y obra de Roque Dalton fechado en octubre de 1975 en París e intitulado "La historia de otra gran injusticia", posteriormente publicado en Casa de las Américas, escribe: "Roque Dalton ha muerto. El poeta, el revolucionario consecuente, el intelectual brillante y combativo, el hombre generoso y cordial, murió monstruosamente asesinado por un grupillo de desviados extremistas pequeño burgueses, que no encontraron otra forma de oponerse a su palabra enérgica y segura, que cortándole la vida... Un día vendrá en que los libros y poemas de Roque Dalton, serán leídos y cantados por la juventud salvadoreña... Sus asesinos, desde ahora están ya signados por la historia como cobardes asesinos de un poeta."

En el Bulevar de los Héroes

No hay escritor guanaco tan universal como Roque Dalton García. Su legendaria vida acabó convirtiéndose en la mitología que es parte consustancial de su literatura. Es morador de ese Bulevar de Los Héroes (el de la Grecia Clásica y el del San Salvador posmoderno) ubicado al margen de Chronos, donde el tiempo es el espejo móvil de la eternidad y la calidad, la única plomada para medir su poesía.
Tanta rimbombancia, que hubiera hecho partirse de risa al mismo Dalton contrasta con su trágico fin. La de Roque Dalton es una historia inconclusa mientras sus asesinos aún sigan sueltos e impunes.

OBRA PRINCIPAL DALTONIANA

Poesía

Dos puños por la tierra (1955 co-autor Otto René Castillo)
Vengo desde la URSS amaneciendo (1957)
Mía junto a los pájaros (1958)
La ventana en el rostro (1961)
El mar (1962)
El turno del ofendido (1962)
Los pequeños infiernos (1964)
Los testimonios (1964)
Los hongos (1973)
Taberna y otros lugares (1969)
El amor me cae más mal que la primavera (1973)
Un libro levemente odioso (1988)
Las historias prohibidas del pulgarcito (1974)
Un libro rojo para Lenín (1986)
Poemas clandestinos (1981)

Ensayo

El Salvador (1963)
México (1964)
César Vallejo (1963)
¿Revolución en la revolución? y la crítica de derecha (1970)

Testimonio y Novela

Miguel Mármol. Los sucesos de 1932 (1972)
Pobrecito poeta que era yo... (1976)




Cuatro etapas en la literatura de Roque Dalton

(Conferencia dictada en el Ateneo de Madrid, España durante el VI Congreso Mundial de Poetas, julio 1983)

Tirso Canales

(Fragmento)

En la obra literaria de Roque Dalton, es conveniente diferenciar algunas etapas, históricocreativas que se suceden en veinte años de trabajo intelectual realizado por este autor salvadoreño. Los resultados de su producción literaria en general pueden ser comentados por medio de metodologías no convencionales. De manera sencilla podemos deducir cuestiones

importantes mientras nos adentramos en su obra a través de géneros, libros organizados en sucesión cronológica; también podemos tratarla por etapas o períodos globales, limitados por ciertos hechos no comunes ocurridos en la vida del autor, tales como estadías en el país o fuera del mismo, desenvolvimiento social-individual, evolución de su obra, toma de posiciones

políticas o adopción de matices ideológicos, etc.

La Primera etapa recoge las rosas inevitablemente románticas, juveniles, del poeta en impronta deslumbrante.

A nuestra memoria cae el recuerdo de su primera plaquetita verdepálido, editada por la Editorial Universitaria, dirigida, por el poeta Italo López Vallecillos, en San Salvador.

Rememoramos con emoción y la fuerza de un pasado ya bastante lejano, pero muy presente todavía en el espíritu y en el quehacer poético de este país.

Mía junto a los pájaros, se titulaba aquel poema de luzasos surrealistas que retaban a la gente conservadora de la capital salvadoreña, en la década de los años 50, a sacudirse la cabeza para buscar nuevas formas del pensamiento creativo.

En esos momentos la poesía pugnaba por convertirse en instrumento de crítica social, luchando contra un alto porcentaje de indiferencia cómplice de la injusticia del régimen. La utilización de la forma poética como vehículo conductor de la nueva concepción estética, fue uno de los grandes aportes de la formidable generación, que se dio el lujo de empeñar su propia seguridad por hacer literatura. Aquellos eran años pletóricos de humor y energía

aflorados en la misma década de los años 50.

Eran años de jóvenes temperamentos llameantes de la historia nueva. Roque Dalton era uno de ellos, y juntamente con el poeta guatemalteco Otto René Castillo, ofrecía Dos puños por la tierra un poema solidario de escritura camaderil. La juventud creadora escribía poemas exaltados y homenajeaba la rebeldía de los pueblos latinoamericanos. La lucha de los intelectuales y estudiantes de aquellos tiempos, contra las dictaduras y el imperialismo yanqui, dejó huellas marcadas, muy a pesar de quienes los persiguieron valiéndose del poder político y económico dictatorial (…)